Desde la cama
oía que estaba lloviendo, esto unido a un poco de sueño hacia que me resistiese
a levantarme, cuando de repente comienza a sonar la alarma de incendios; el
ruido ensordecedor, si no te levantas con eso es que estas muerto. No es nada,
uno que estaba fumando, pero ha valido de excusa para levantarme.
Tras bajar las
maletas y aunque parece que va a levantar, traje de agua pues todavía llueve
bien y no voy a quedarme mirando a esperar. Hoy toca cruzar la frontera con
Malasia de nuevo, a ver qué tal se da …
Justo al
llegar a la frontera deja de llover, en el lado de Singapur muy rápido, le
entrego el pasaporte y la “tarjeta” que me dieron al entrar por la moto, sello
de salida y listo.
En la de
Malasia lo que ya me imaginaba, lo mismo que al entrar, sello de entrada en el
pasaporte muy rápido pero para rellenar el carnet de passages cincuenta vueltas
con varios oficiales distintos hasta llegar a la misma oficina de la otra vez y
explicarle a otra funcionaria distinta como se rellena. Aun así había rellenado
solo la parte que es para ellos (la que a mí me da igual), no la que me quedo
yo que es la importante. Tras explicárselo otro par de veces me lo rellena, no
me ha tocado la más espabilada …
La conclusión
que he sacado es que si al salir de Malasia no hubiese ido a que me lo
rellenen, me habría ahorrado dos paseos, pasan miles de vehículos al día de
Malasia a Singapur y viceversa y no comprueban ninguna documentación. Claro que
yo no sabía que en Singapur no usaban el “carnet” (en la parte trasera del
mismo figura como uno de los países en los que se usa) y además, es mejor
perder un par de horas e ir a lo seguro que arriesgarse a tener un problema.
Voy subiendo
por la costa este hacia Kuantan, los primeros 200 km son continuamente plantaciones
de palma de aceite e incendios y excavadoras en las pocas partes de selva que
quedaban. Está todo arrasado.
Más adelante
paro a comer en una zona de puestos de carretera que se ve bastante animada. Al
aparcar veo que hay un grupo de “RRs”, Kawas, Suzukis, RSV4 y alguna R1, al
acercarme veo que hay un grupo de moteros ya entraditos en años con monos de
cuero comiendo, les saludo y ni me dirigen la palabra, pues nada ….
Como en un
buffet arroz con verduras, carne de cerdo y unos trozos de pescado, con una
botella de agua de 2 l, 12 ringgit (3 €); continuo hacia el norte.
Sobre las
16:30 llego a Kuantan y me pongo a buscar alojamiento, preguntando en los
cutres la mayoría cuestan 75-90 ringgit, al final encuentro uno por 58 (13,5
€), eso sí la habitación es minúscula.
Salgo a dar
una vuelta por el pueblo, no tiene nada; una mezquita grande pero de reciente
construcción junto a la cual juegan al futbol en sendos campos de hierba, y un
mercado de ropa, dulces y comida en el que ceno un trozo de pollo y unos
noodles por 7 ringgit.
Lo que más me
llama la atención del pueblo es el sistema de alcantarillado, semejante
guarrada, las fecales discurren por una canalización que hay bajo las aceras y
cada pocos metros hay una inmensa rejilla de ventilación. El pestazo a fecales
es insoportable, tanto que voy andando por la carretera en vez de por la acera,
no sé quién habrá sido el espabilado que ha diseñado esto …..
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