sábado, 12 de octubre de 2013

07 - 10 - 2.013 Día 150




Me dirijo hacia las Cameron Highlands por las inmediaciones del Parque Nacional Taman Negara, la cosa comienza muy bien; discurro por una carretera bien asfaltada, con buenas curvas y selva a mi alrededor. Hay escaso tráfico y se agradece pararse a observar los lagos y escuchar el ruido de monos, pájaros y demás habitantes de la floresta.

Cuando llevo unos 100 km la cosa comienza a cambiar, al mismo ritmo que se incrementa el tráfico de camiones cargados de grandes troncos el asfalto comienza a desaparecer. En los márgenes del camino la selva desaparece; retroexcavadoras, buldozers, y camiones oruga toman su lugar.
Están talando la selva a matarrasa, las especies maderables por su valor comercial las cargan en grandes trailers y al resto lo prenden fuego directamente. El paisaje es desolador, cientos de km de cenizas y tierra calcinada; todo por la palma de aceite.
 
Más al sur ya había visto cientos de kilómetros de un paisaje monótono, plantaciones de palma de aceite; pero aunque aprecias que se trata de una sola especie, que ya no hay biodiversidad, que el ecosistema está roto, que no se oye nada (no hay fauna), que es un mero cultivo más …. al verlo verde pasa más desapercibido. Aquí es cuando se aprecia de verdad la barbarie que se está cometiendo. En pocos años toda Malasia peninsular será una plantación de palma de aceite, y el Taman Negara será una pequeña isla abocada a la extinción.
Unos km adelante observo la tierra preparada en terrazas y las palmas recién plantadas, son valles enteros, todo lo que alcanza la vista.

Con la moral bastante baja y muy desanimado por todo lo que acabo de ver llego a la zona de las Cameron Highlands, había leído que tiene un clima particular (mucho más fresco) y que abundaban las plantaciones de té. Al ir acercándome noto como la temperatura baja en picado, de 34º que traía paso a 19-20º, la verdad que se agradece. El GPS marca que estoy a unos 1.280 m.s.n.m.
Si se ven plantaciones de té en las laderas pero no es lo más destacable, lo que más cabe reseñar es que esto se ha convertido en la “Almería” malaya. Es un mundo de plástico, cientos de invernaderos por todas partes, colgados sobre deforestados taludes que probablemente con las primeras grandes lluvias se vengan abajo. Tomates, pimientos, pepinos, lechugas, berzas, coliflor,…. hasta fresas; aquí se cultiva de todo.


Restos de plástico abundan por las cunetas y por las pocas zonas no cultivadas. Decepcionado continúo hasta Ipoh a buscar alojamiento para pasar la noche. Tras varios intentos encuentro un hotel por 57 RM (13,25€) con wifi y parking.
 Al conectarme veo un mensaje de Dano Pilar (Aventuras en moto) enviándome el email de Cakra Shipping & Tradding que les había pedido. Yo creía que había barco a Belawan todas las semanas pero Pilar me había dicho que creía que no, así que quería enviarle un correo a Mr. Lim para que me lo confirmase. Envío el correo y salgo a cenar algo.
En un restaurante chino como arroz frito con pollo y una especie de noodles (pa variar), 10,5 RM (2,45 €).
 

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