Salgo
sobre las 10 sin ninguna prisa de regreso otra vez hacia Penang, dormiré en
Ipoh para ir haciendo algo de tiempo ya que la semana se presenta aburrida. No
es que haya mucho que ver por aquí y ya me lo he recorrido tres veces.
Subiendo
por la autovía me adelantan bastantes grupos de moteros tailandeses que han
bajado a Sepang. Para variar hace bastante calor, paro en una gasolinera a
comprar un botellín de agua fría y veo que está repostando un grupo que me ha
pasado hace poco. Ahí conozco a Pierre, un motero francés de Burdeos que habla
bastante bien castellano y que lleva unos años viviendo en Tailandia.
En
varios de los desvíos que hay para las motos en los peajes estaban patrullas de
la policía pidiendo la documentación, a mí en todos me han mandado continuar
sin parar, parece que se centran en las motocicletas de menor cilindrada.
Llego
pronto a Ipoh, y eso que he ido por la autopista a 90 km/h, en uno de los
muchos talleres de motocicletas que hay compro 4 l. de aceite para cambiarlo
mañana. Me dirijo al hotel en el que estuve la otra vez y cojo habitación para
dos noches 61RM/noche con parking, wifi y nevera.
Al
de media hora de instalarme llego el diluvio diario, mi ventana (hay
ventana!!!!) da al patio y veo como las bajantes casi no dan abasto de lo que
cae. Aprovecho para mirar información sobre Indonesia y talleres en varios
puntos de Australia.
Salgo
a cenar y aunque hoy es mi cumpleaños no salimos de la dieta de arroz, pollo y
noodles. Al regresar al hotel a contestar a las numerosas felicitaciones
vuestras.
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