domingo, 8 de septiembre de 2013

08 - 09 - 2.013 Día 121




Sin mucho madrugar ya que ayer entre una cosa y otra me metí casi 500 km bajo la lluvia sobre las 9:30 he salido rumbo al norte, destino Chiang Rai pasando por Phayao. Aunque se ha tirado toda la noche lloviendo a la hora de salir el suelo estaba medio seco (aquí con el calor que hace seca muy rápido, en 15 minutos sin llover ya está seco) así que he salido sin traje de agua.
Habré andado unos 30 km cuando ya he tenido que parar a ponérmelo, llueve intermitentemente, 10 minutos sí, media hora no …. eso sí cuando llueve diluvia, suerte que los neumáticos son nuevos y drenan bien los ríos de agua que bajan por la carretera. Cuando para y el traje se seca comienzas a pasar calor y a pensar en quitártelo, pero justo en ese momento aparecen más nubes negras en el horizonte y vuelve a comenzar el ciclo; así todo el día.
Había leído que llaman a Phayao “la Viena del sudeste asiático”, la verdad no sé porque, el que le puso ese apodo no solo no ha estado en Viena sino que ni siquiera ha visto una sola foto; no tienen absolutamente nada en común. Phayao es una pequeña y tranquila ciudad del norte situada junto a un lago, casas bajas, zonas verdes y restaurantes de pescado junto a este. No es una ciudad, mejor dicho, un pueblo feo pero las comparaciones son odiosas.


Aprovecho para comer, empiezo a estar un poco harto ya de pad thai y noodles así que pido un pollo asado con una botella de agua de 1,5 l. 240 bath (5,7 €).
Continuo hasta Chiang Rai donde había reservado una habitación para dos noches, 390 bath/noche (9,7 €), al llegar nadie habla nada de inglés pero nos acabamos entendiendo. El sitio está bien, hay parking y la habitación tiene aire acondicionado y es amplia, no hay nevera.
Descargo maletas y me acerco a recorrer Chiang Rai.
 



 
Torre del reloj.
 
Mañana ha recorrer el Triángulo de Oro, frontera Tailandia – Myanmar – Laos, famoso antaño por el cultivo de opio.
 
 


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