sábado, 1 de junio de 2013

01 - 06 - 2.013 Día 22




            Ayer justo cuando acabe de descargar la moto cayo el diluvio de todas las tardes, no vino mal así la limpio un poco. Esta mañana sol y 22º. Tomo rumbo a Bran, allí se encuentra una fortaleza medieval que es famosa por aparecer en la novela de Bram Stoker, Drácula; y por la creencia de ser la residencia de Vlad Draculea (Vlad el Empalador), pero solo hay constancia de que paso allí dos días encerrado en sus calabozos.

Su valor estriba en su antigüedad y su arquitectura, fue construido por los caballeros de la Orden Teutónica alrededor de 1.212 a su regreso de Tierra Santa tras ser derrotados por los sarracenos.
Al llegar allí veo que se ha convertido en una especie de Eurodisney de Drácula, todo vallado y tapiado para que no puedas ver nada sin pagar, cientos de tiendas de souvenirs, merchandaising Drácula por todos lados, colas de cientos turistas para acceder al recinto del castillo, ……… me he calentado, he sacado un par de fotos a lo lejos y me he pirado. No es esta la Rumanía que quiero ver.

La Rumania que quiero ver es la de sus verdes bosques, sus montañas nevadas, su población rural anclada todavía en el pasado; la anciana con traje tradicional rozando la hierba en un campo de maíz, sus fabulosas construcciones medievales, los puestos de cerezas y fresas que cada campesino pone junto a la carretera para vender su cosecha, los niños jugando a la pelota mientras cuidan el rebaño …..
Me he dirigido hacia Brasov, es la segunda ciudad más grande del país (tras Bucarest), pero es, a su vez, una ciudad medieval también fundada por los caballeros teutónicos hacia 1.211. El casco histórico es fabuloso, y además hoy muy ambientado; con representaciones de los colegios, juegos, música ….



Al salir de Brasov paro en un mega centro comercial a comprar algo de comida y la botella de Rioja que le he prometido beberme a su salud a nuestro amigo Xabier López Roca, que anda pasando frio allá por tierras islandesas. Ni Rioja, ni Ribera, ni na de na; pa elegir entre un vino rumano de 2 € la botella o un cabernet chileno de 4,5 €. Pues el chileno.
 
De ahí a Bucarest, por la carretera Brasov – Bucarest he perdido la cuenta de la cantidad de radares móviles que tenía puesta la policía, mas de 30, ni bajando a Jerez por la vía de la plata ……
En Bucarest había cogido un hostel a las afueras para dos noches, hoy y mañana, 22 € con desayuno. Le he metido las coordenadas al GPS y cuando se supone que ya estaba llegando; aquí no puede ser, no jodas, está en una zona bastante degradada, cerca de una carretera terciaria llena de chatarrerías; la carretera que decir …, en mi pueblo hay pistas que están mejor …… pero una vez dentro, que sorpresa! Tiene parking cerrado y la habitación es lo mejor que he pillado en el viaje, una cama doble inmensa, pantalla plana, aire acondicionado, escritorio, nevera, wifi,…… quién lo hubiera dicho desde fuera. Tenía toda la pinta de ser un picadero.

Mañana a ver que nos depara Bucarest.

 

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