viernes, 6 de diciembre de 2013

24 - 10 - 2.013 Día 167




Al ir a pagar el hotel una breve discusión con el empleado de turno, era lo más cortito que te puedes echar a la cara y encima prepotente; si no sabes ni sumar que culpa tengo yo?
Otra día de hacer kilómetros, esperamos cruzar a Java el viernes por la tarde o el sábado por la mañana. Sigue el tráfico de locura y tenemos que ir haciendo continuos adelantamientos.
Después de comer Janiss tiene un accidente con un ciclomotor, lo intento explicar. Alcanzamos a un camión y un ciclomotor que va tras este intenta adelantarle, está claro que no va a poder, nosotros ni lo intentamos y eso que tenemos muchísima más potencia porque viene otro de frente. Tras ponerse en paralelo con el camión y recular al ver que efectivamente no le da tiempo, comienza a meterse a la izquierda sin mirar (Janis va pegado a la línea de la izquierda tras el camión), sigue metiéndose más y más hasta chocar con la GS; se le engancha el manillar con la maleta izquierda lo que provoca un bandazo de ambos hacia ese lado y los dos al suelo.
El indonesio no solo iba sin casco (de guantes ni hablamos) sino que también estaba descalzo, se ha golpeado la cabeza contra el suelo pero no tiene nada. Janis y Katie han cruzado hasta la otra cuneta y han caído a un caño, ni ellos ni la moto tienen nada, lo único que nos va a costar sacarla de ahí.
Le quitamos primero toda la carga y después entre los tres somos capaces de devolverla a la carretera, comienza a congregarse gente junto al accidente; hay uno que acaba de llegar que se muestra como cabecilla del grupo de indonesios intentando sacar algo a los europeos. El hombre del accidente no dice nada, parece buen hombre y sabe que él lo ha causado, tras recoger las cosas y ver que él está bien nos vamos, cuanto más estemos allí peor.
Dormimos en un pequeño pueblo del que no recuerdo en nombre, cerca de Lampung, solo había dos hoteles, uno muy muy cutre y otro que costaba 310.000 rupias, nos quedamos en el segundo; metemos las motos en una lonja cerrada y subimos a descansar.
Cenamos un nasi goreng en un puesto callejero, 12.000 rupias, no llega a 1€.

 

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