sábado, 24 de agosto de 2013

24 - 08 - 2.013 Día 106




Hoy ya sin moto tocaba patear tras el desayuno de rigor en Katmandú, un par de huevos a la plancha, un vaso de zumo y dos rebanadas de pan con mantequilla y mermelada. Primer destino Swayambhunath, también conocido como el “Templo de los monos” con el GPS en modo peatón, 3,7 km desde el hotel. Hasta llegar a la base de la colina en la que está situado el templo he ido caminando por calles de piso destartalado (lo normal en Katmandú) y he atravesado el rio Vishnumati (una autentica cloaca llena de plásticos y de todo tipo de basuras).
En la base de la colina los ancianos peregrinos realizan un kora (circuito) que pasa junto a enormes chörtens (relicarios), mani dungkhor (rodillos de oración gigantes) y capillas budistas. Para acceder por el extremo oriental hay una empinadísima escalinata de  piedra, en la que es habitual ver los monos que dan nombre al templo; en la base de la misma hay un conjunto de estatuas de Buda de vivos colores.


 
 


En lo alto de la escalinata, justo tras la caseta de los tickets (200 rupias), hay un enorme dorje (rayo) chapado en latón, el dorje es uno de los símbolos centrales del budismo, es el símbolo del poder de la iluminación, que destruye la ignorancia y a su vez es indestructible.

La estupa es una de las mayores joyas arquitectónicas del valle de Katmandú, desde la dorada aguja  cuatro rostros de Buda observan el valle. El garabato en forma de nariz situado bajo los ojos es el número nepalí ek, que representa la unidad, y por encima hay un tercer ojo que representa el conocimiento de Buda.
La base está rodeada por rodillos de oración repujados con el mantra om mani padme hum (alabada sea la joya del loto). La gran estupa está rodeada por todos lados de otros monumentos religiosos.



De aquí a Bodhnath, 7,8 km por callejuelas y cuestas con bastante calor y humedad. Para acceder a la mayor estupa de Asia hay que pagar 150 rupias, pero solo hay taquilla en la entrada principal, he accedido por unos callejones adyacentes y me he ahorrado la entrada.
De esta estupa dicen que en cuanto a elegancia y pureza de líneas no hay otra comparable en todo el país. El plinto representa la tierra, la cúpula el agua, la torre cuadrada el fuego, la aguja el aire, y la sombrilla de la parte superior es el vacío o el éter más allá del espacio. Los trece niveles de la aguja representan las fases por las que debe pasar un ser humano para alcanzar el nirvana.







Son las 17 h y el cielo amenaza lluvia, negocio un taxi que por 250 rupias (menos de 2 €) me acerca a Thamel; antes de llegar comienza a llover. Me acerco al hotel a descansar un poco y luego salgo a cenar unos spaghetti a la bolognesa con una botella de agua por 305 rupias (2,3 €).

 
 

viernes, 23 de agosto de 2013

23 - 08 - 2.013 Día 105




Esta mañana había quedado a las 9:30 en el hotel con Suraj y Stephen para ir al aeropuerto a empaquetar la moto, a las 9,15 ya lo tenía todo listo y estaba esperando en la puerta con la moto y las maletas montadas, han llegado sobre las 9:45 y les he seguido a la terminal de carga del aeropuerto.
Ya estaba allí preparada la base de la caja así que nada más llegar comenzar a desmontar, lo primero quitar las tres maletas, después subir la moto sobre la base de la caja y a quitar la rueda delantera. Para ello primero hay que desmontar las dos pinzas del freno, después aflojar un poco el eje de la rueda y mientras dos nepalís sostienen la parte delantera de la moto a pulso la acabo de aflojar y la quito.
Una vez apoyada sobre la horquilla delantera y asegurada con unas eslingas a desmontar la cúpula. Lo siguiente sería desmontar el manillar pero al ir a hacerlo me doy cuenta que los cuatro tornillos no son iguales, solo tengo vaso para dos. Como no libra por muy poco con desmontar el protector y el contrapeso del lado izquierdo es suficiente.
También hay de desconectar la batería y quitarle la mitad de la presión a las ruedas. Antes de comenzar a meter las maletas por los sitios que quedan libres hay que esperar a que pase el de antidroga, me hace abrir todas las maletas y vaciar su contenido para enseñárselo, ni que esto fuese Columbia. Ya con su Ok vuele a meterlo todo y junto con el casco y las botas al cajón.




Todavía antes de poder cerrar el cajón hay que esperar a que pase el oficial de “customs” a revisar nº de bastidor y lo que quiera ver. Tras esperarle más de una hora me hace abrir una maleta para ver lo que hay dentro. Ya por fin se puede cerrar, laterales y tapa con un montón de clavos y después un poco de fleje; lista para pesar, aunque no se para que si se paga por volumen. Se acercan 5 o 6 personas y a “puro huevo” la suben a la báscula, pesa 389 kg. Recoger mi carnet de passages con la salida rellena y listo.






De regreso a Thamel, ya sobre las 14 h, Suraj y Stephen me invitan a comer Mo-Mos (un plato típico nepalí) en un local de barrio, para nepalís no para turistas. Al dejarme en la agencia insisten en que esta noche tengo que ir a cenar a su casa, acepto y quedamos a las 17:30.
Me llevan a su casa, a las afueras de Katmandú, el barrio está un poco hecho polvo pero su casa no tiene mala pinta. Tras enseñarme fotos y charlar sobre Fernando Quemada, Fabián y Miquel, vamos a cenar. Aunque en su casa viven bastantes familiares, padres, hermanos,…. solo cenamos Suraj, su mujer y yo; para un occidental podría parecer una cena muy humilde (arroz con unas pocas verduras y dos trocitos de pescado) pero el hecho de que solo estemos nosotros cenando me denota que para ellos es algo especial y que no pueden permitírselo para todos. Les agradezco el detalle de todo corazón.
Al acabar de cenar Suraj insiste en que en el piso inferior tengo una habitación para los días que me quedan en Katmandú, le hago entender que le se lo agradezco enormemente pero que su casa está bastante alejada, y para visitar los lugares que me quedan de ver en Katmandú sin moto es mucho más fácil desde Thamel que desde allí. Me acercan al Hotel y nos despedimos hasta el Domingo que tengo que pasar por la agencia a recoger documentación del envío.

 
 

jueves, 22 de agosto de 2013

22 - 08 - 2.013 Día 104




Como hoy es mi último día con moto en Katmandú tenía que aprovechar para ir a ver los pueblos cercanos, ya visitaré la ciudad el finde a pie.
Primer destino Patán a unos 8 km del hotel, aparco a escasos 100 m. de la Plaza Durbar, espectacular, la concentrada sucesión de templos es quizá el más impresionante despliegue de arquitectura newa de todo Nepal. Para acceder a la plaza los extranjeros tienen que pagar 500 rupias, pero como no lo tienen muy bien organizado me he colado por unas callejuelas sin pagar nada.



 







De aquí a Bhaktapur, para acceder al pueblo hay que pagar o 15 dólares o 1.100 rupias, 1$=100 rupias, luego mejor pagar en rupias ya que de esta no me puedo librar. Coincido con la celebración del Gai Jatra, el pueblo esta abarrotado de población newa cantando y bailando, resulta mucho más atractivo y colorido que verlo un día normal; pero hay momentos en que llega a agobiar la marabunta de gente y el incesante chocar de palos, platilllos y canticos de los danzantes.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Regreso a Thamel a comer algo, ya son las 16 h y todavía no he comido; un paseo y al hotel a organizar las maletas y lo que me quedo en la mochila para estos días.