sábado, 10 de agosto de 2013

08 - 08 - 2.013 Día 90




           Hoy a las 5 de la mañana arriba que es cuando amanece, la policía insiste en que me quede a desayunar les digo que tengo prisa que tengo que llegar a dormir a Chilas, me despido y les agradezco el trato recibido.

La presión de la rueda trasera ha bajado de 3 bar a 2,8, me preocupa, a ver lo que aguanta. Voy todo el rato pendiente del indicador de presión, tras 80 km al llegar a Skardu sigue con 2,8 bar no es mala señal. Ahora tengo un tramo de pista muy mala de unos 157 km hasta llegar a la KKH, paso varios camiones volcados.
Ya no saco ni fotos solo quiero salir de aquí cuanto antes. A falta de 30 km para la KKH la presión baja a 2,7 bar, al llegar al cruce a 2,6 esto tiene mala pinta. He llegado a la zona de buen asfalto y a unos 20 km hay un pueblito, llego con 2,4 bar en la rueda. No puedo seguir así ya que enseguida va a estar en el suelo otra vez, es hora de probar a poner la cámara que gracias a Dios traje por si pasaba algo de esto. En el pueblo, cuatro chabolas, hay un tallercillo que cambia cubiertas; aparco frente a él pongo el caballete a la moto y desmonto la rueda trasera.
Estoy desfallecido, llevo todo el día a 45º y cardiaco por la presión de la rueda, compro una botella de zumo de mango fresca y la bebo del tirón. Le digo al del tallercillo a ver si puede poner la cámara dentro de la rueda, me dice que sí, si lo hace él por unos pocos dólares mejor.
Yo voy a comprar otra botella de 1,5 l., esta vez 7up, no hay agua; la devoro. Veo como el chaval del taller salta descalzo sobre las cubiertas para aflojarlas de las llantas, es todo muy prehistórico pero me va a solucionar el problema. Al finalizar le pregunto a ver qué le debo, me dice que me valla no me quiere cobrar nada, como me habrá visto de jodido ….
Con mucho cuidado al pasar por zonas de rocas puntiagudas y muy, muy cansado llego a Chilas sobre las 17:30 sin haber comido, más de 12 horas sobre la moto. Lo primero que hago al entrar en la recepción es pedir agua helada, me siento frente a un ventilador mientras bebo la botella ante la atónita mirada del recepcionista. Al cabo de unos 5-10 minutos me encuentro mejor, le pido la misma habitación del otro día y me tumbo a descasar un rato.
Sobre las 20:00 me preparo la cena en el baño de la habitación con la cocina de gasolina.

 

 

 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario