Hoy ya sin
moto tocaba patear tras el desayuno de rigor en Katmandú, un par de huevos a la
plancha, un vaso de zumo y dos rebanadas de pan con mantequilla y mermelada. Primer
destino Swayambhunath, también conocido como el “Templo de los monos” con el
GPS en modo peatón, 3,7 km desde el hotel. Hasta llegar a la base de la colina en
la que está situado el templo he ido caminando por calles de piso destartalado
(lo normal en Katmandú) y he atravesado el rio Vishnumati (una autentica cloaca
llena de plásticos y de todo tipo de basuras).
En la base de
la colina los ancianos peregrinos realizan un kora (circuito) que pasa junto a enormes chörtens (relicarios), mani dungkhor (rodillos de oración gigantes)
y capillas budistas. Para acceder por el extremo oriental hay una empinadísima escalinata
de piedra, en la que es habitual ver los
monos que dan nombre al templo; en la base de la misma hay un conjunto de
estatuas de Buda de vivos colores.
En lo alto de
la escalinata, justo tras la caseta de los tickets (200 rupias), hay un enorme dorje (rayo) chapado en latón, el dorje es uno de los símbolos centrales
del budismo, es el símbolo del poder de la iluminación, que destruye la
ignorancia y a su vez es indestructible.
La estupa es
una de las mayores joyas arquitectónicas del valle de Katmandú, desde la dorada
aguja cuatro rostros de Buda observan el
valle. El garabato en forma de nariz situado bajo los ojos es el número nepalí ek, que representa la unidad, y por
encima hay un tercer ojo que representa el conocimiento de Buda.
La base está
rodeada por rodillos de oración repujados con el mantra om mani padme hum (alabada sea la joya del loto). La gran estupa
está rodeada por todos lados de otros monumentos religiosos.
De aquí a
Bodhnath, 7,8 km por callejuelas y cuestas con bastante calor y humedad. Para
acceder a la mayor estupa de Asia hay que pagar 150 rupias, pero solo hay
taquilla en la entrada principal, he accedido por unos callejones adyacentes y
me he ahorrado la entrada.
De esta estupa
dicen que en cuanto a elegancia y pureza de líneas no hay otra comparable en
todo el país. El plinto representa la tierra, la cúpula el agua, la torre
cuadrada el fuego, la aguja el aire, y la sombrilla de la parte superior es el
vacío o el éter más allá del espacio. Los trece niveles de la aguja representan
las fases por las que debe pasar un ser humano para alcanzar el nirvana.
Son las 17 h y
el cielo amenaza lluvia, negocio un taxi que por 250 rupias (menos de 2 €) me
acerca a Thamel; antes de llegar comienza a llover. Me acerco al hotel a
descansar un poco y luego salgo a cenar unos spaghetti a la bolognesa con una
botella de agua por 305 rupias (2,3 €).
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