Nada más
despertarme, sobre las 06:30, he subido a la azotea a recoger la ropa que lave
ayer; estaba totalmente empapada, exactamente igual que cuando la colgué. Se ve
que con la humedad que hay en el ambiente por la noche al bajar algo la
temperatura el agua condensa, cuando colgué mi ropa justo al lado había ropa ya
seca, la dejaron ahí por la noche y por la mañana estaba tan empapada como la
mía.
Las camisetas
las doblo con cuidado y las meto juntas a la maleta, nada más llegar al hotel
de Pochara las sacaré a ver si se secan; pero el pantalón tengo que ponérmele
no voy a ir en pantalones cortos. Da un poco de cosa mientras te lo estas
poniendo, pero una vez pasada la primera impresión no es tan malo; ya se irá
secando con el vientecillo en la moto.
El calor y la
humedad para variar agobiantes, completamente sudado antes de arrancar la moto.
Para coger la Siddartha Highway tengo que desandar los últimos 20 km del sábado,
ya veo al fondo las montañas, se acabó la llanura del Terai y comienzan los
bosques tropicales a los pies de las grandes cumbres.
Comienzan los
desprendimientos en la carretera, aunque la Siddartha Highway esta asfaltada
(de aquella manera claro…) en la época de los monzones son habituales los
deslizamientos de tierra saturada por el agua. Como tengo suerte y han sido
hace algunos días, ya han habilitado paso en todos ellos, en algunos justito
para un coche y por medio de un lodazal. Los bajos de los pantalones ya están
completamente salpicados.
Noto que
aunque sigue habiendo muchísima humedad la temperatura ha bajado algo y el
agobio se lleva mejor. Sobre las 13 h, seis horas para 200 km, llego a Pokhara;
había cogido Hotel en Lakeside (la zona
del lago) para dos noches, 8,5 $ la noche con desayuno. Como también es
bastante habitual las coordenadas del hotel no me llevan hasta él, estoy en
Lakeside pero el Hotel Yokoyama no aparece por aquí. Tras preguntar a 3-4
personas y dar un par de vueltas lo encuentro.
No está mal
(sobre todo mirando el precio), meto la moto al jardín bajo una tejavana y subo
corriendo con la maleta para colgar lo antes posible las camisetas, el pantalón
hace horas que se secó.
Unos paseos
por la zona del lago y a cenar al Pokhara Steak House, famoso por sus platos de
carne a la brasa. Nada más verlo sabía que iba a ir ahí, cueste lo que cueste,
hace más de tres meses que no como algo de carne decente. Ojeo la carta y pido
un “Steak Grilled con French Pomes”, insisto mucho en que lo hagan poco y no le
pongan ninguna salsa; me sacan un par de generosos trozos de solomillo con las
patatas fritas, esto junto con una botella de agua fría de litro 635 rupias
(4,8 €), mañana vuelvo.
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