sábado, 10 de agosto de 2013

07 - 08 - 2.013 Día 89




            Esta mañana habíamos quedado a las 6:30 para desayunar, a las 7:00 se iban hacia el aeropuerto de Skardu a coger el avión hacia Islamabad, regresan a España. Yo tenía intención de subir a la aldea Hushé, siempre ha sido un sitio mítico para mí tras ver tantos capítulos de “Al Filo”. Sebas había hablado con el del refugio y le había dicho que subía para que me preparase una cama.

Llega el momento de la despedida, todos me desean suerte, ánimo y que disfrute. Un fuerte apretón de manos con Sebas a través de la ventanilla de la furgoneta, me indica que vaya siempre con prudencia y que disfrute cada momento, le agradezco toda su atención hacia mí.
Hasta Hushé hay unos 145 km, pero me dicen que son 5 horas. Los primeros 90 km no están mal, carretera asfaltada bastante rota; pero cuando se gira a la izquierda, después de pasar Khaplu cruzando otro puente de madera a la entrada del valle de Hushé comienza el camino de cabras.











En la subida a la aldea de Machulo tengo mi primera caída, casi en parado, solo levantar la moto. Continuo por un camino no apto para ir con una GS1200Adv cargada para dar la vuelta al mundo, por aquí hay que venir con una moto de enduro de 250 o 400.  A falta de 3 km (según el GPS) y tras mi tercera caída decido darme la vuelta, son las 14:00 y todavía llego a dormir a Skardu antes de que anochezca.
En el regreso antes de cruzar Machulo de nuevo me caeré otras 3 veces, al llegar a Khaplu respiro se acabó el camino de cabras y en un par de horas estaré en Skardu. A los 10 km circulando por carretera asfaltada se me clava algo en la rueda trasera, siento que el agujero es gordo porque casi sin darme tiempo a parar la presión está a cero.
Es un trozo de varilla corrugada del 12 con una chapa en la punta, me ha hecho una raja alargada en la cubierta que se intuye de difícil arreglo. Desmonto maletas, subo la moto al caballete e intento arreglarlo con mechas, parece que funciona, hincho la rueda con una bomba pequeña de bici que llevo; a todo esto ya se ha congregado un grupo de chavales a mi alrededor que colaboran turnándonos dándole a la bomba.
Monto todo de nuevo y salgo rápido, la presión va bajando poco a poco, pierde aire. A unos 8 km de repente se desinfla al instante, la cubierta ha escupido la mecha. Estoy parado en la carretera y se acerca el anochecer, intento llamar por teléfono al motel de Skardu para pedir ayuda pero no hay cobertura; pasan dos camiones militares y les paro, el oficial me ofrece dos posibles soluciones: a) cojo todo el equipaje y ellos me llevan a Skardu, pero la moto se queda ahí. b) a unos 2 km al otro lado de río hay un puesto local de policía y un taller mecánico, ellos avisan a la policía para que me acompañe.
Elijo a b) ya que no me hace gracia dejar la moto abandonada en la cuneta de la carretera, muy suave y a veces quemando embrague cruzo otro puente colgante de madera y llego al poblado. Es de noche, buscan al mecánico y parece que este ha conseguido arreglarlo aunque no me fio, la rueda esta con 3 kg pero a ver lo que dura.
Duermo en el puesto de la policía; infinitamente humilde, rozando lo desastroso. Muy amables conmigo me ofrecen cena y bebida.

 

 
 

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