Esta mañana habíamos quedado a las 6:30 para desayunar, a las 7:00 se iban hacia el aeropuerto de Skardu a coger el avión hacia Islamabad, regresan a España. Yo tenía intención de subir a la aldea Hushé, siempre ha sido un sitio mítico para mí tras ver tantos capítulos de “Al Filo”. Sebas había hablado con el del refugio y le había dicho que subía para que me preparase una cama.
Llega el
momento de la despedida, todos me desean suerte, ánimo y que disfrute. Un
fuerte apretón de manos con Sebas a través de la ventanilla de la furgoneta, me
indica que vaya siempre con prudencia y que disfrute cada momento, le agradezco
toda su atención hacia mí.
Hasta Hushé
hay unos 145 km, pero me dicen que son 5 horas. Los primeros 90 km no están
mal, carretera asfaltada bastante rota; pero cuando se gira a la izquierda, después de pasar Khaplu
cruzando otro puente de madera a la entrada del valle de Hushé comienza el
camino de cabras.
En la subida a
la aldea de Machulo tengo mi primera caída, casi en parado, solo levantar la
moto. Continuo por un camino no apto para ir con una GS1200Adv cargada para dar
la vuelta al mundo, por aquí hay que venir con una moto de enduro de 250 o
400. A falta de 3 km (según el GPS) y
tras mi tercera caída decido darme la vuelta, son las 14:00 y todavía llego a
dormir a Skardu antes de que anochezca.
En el regreso
antes de cruzar Machulo de nuevo me caeré otras 3 veces, al llegar a Khaplu
respiro se acabó el camino de cabras y en un par de horas estaré en Skardu. A
los 10 km circulando por carretera asfaltada se me clava algo en la rueda
trasera, siento que el agujero es gordo porque casi sin darme tiempo a parar la
presión está a cero.
Es un trozo de
varilla corrugada del 12 con una chapa en la punta, me ha hecho una raja
alargada en la cubierta que se intuye de difícil arreglo. Desmonto maletas,
subo la moto al caballete e intento arreglarlo con mechas, parece que funciona,
hincho la rueda con una bomba pequeña de bici que llevo; a todo esto ya se ha
congregado un grupo de chavales a mi alrededor que colaboran turnándonos
dándole a la bomba.
Monto todo de
nuevo y salgo rápido, la presión va bajando poco a poco, pierde aire. A unos 8
km de repente se desinfla al instante, la cubierta ha escupido la mecha. Estoy
parado en la carretera y se acerca el anochecer, intento llamar por teléfono al
motel de Skardu para pedir ayuda pero no hay cobertura; pasan dos camiones
militares y les paro, el oficial me ofrece dos posibles soluciones: a) cojo
todo el equipaje y ellos me llevan a Skardu, pero la moto se queda ahí. b) a
unos 2 km al otro lado de río hay un puesto local de policía y un taller
mecánico, ellos avisan a la policía para que me acompañe.
Elijo a b) ya
que no me hace gracia dejar la moto abandonada en la cuneta de la carretera,
muy suave y a veces quemando embrague cruzo otro puente colgante de madera y
llego al poblado. Es de noche, buscan al mecánico y parece que este ha
conseguido arreglarlo aunque no me fio, la rueda esta con 3 kg pero a ver lo
que dura.
Duermo en el
puesto de la policía; infinitamente humilde, rozando lo desastroso. Muy amables
conmigo me ofrecen cena y bebida.
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