La moto está bien, el control de tracción esta desconectado por algún fallo y no puedo bloquear la dirección; a las 7 de la mañana hay ya 38º. Hasta Skardu hay solo 257 km pero son unas 10 horas.
La KKH sigue
bastante destrozada otros 40 km donde de repente comienza un asfalto nuevo e
impoluto, dicen que los chinos la están asfaltando para poder introducir mejor
sus productos hasta el puerto de Karachi y de ahí a todo el mundo.
Solo disfruto
de este firme unos 40 km ya que al girar hacia Skardu nada más cruzar el puente
de madera la carretera se vuelve una pista desastrosa, eso sí el paisaje es
mucho más espectacular. Sigo con los 42º y voy parando es los torrentes de agua
que bajan de las montañas a coger agua para beber, antes la filtro porsiacaso.
Continúan los
controles policiales en los que hay que parar a registrarse, en uno de ellos un
policía al ver que vengo de Chilas me dice que a ver si sé lo que paso a noche
allí, no tengo ni idea. Sobre la 01:30 los talibanes hicieron una emboscada a
la policía y asesinaron a tres altos cargos.
Continúo por
un estrecho valle con la carretera tallada en la roca, con paredes casi verticales
y el caudaloso rio a mi derecha justo tras el precipicio. La entrada en el
valle de Skardu es espectacular, un maravilloso lago rodeado de montañas, una
foto de postal.
Son casi las
17:00 y no he parado ni a comer, al llegar a Skardu miro en el GPS a ver que
alojamientos salen, veo varios hoteles y un motel, me acerco al motel a ver qué
tal está. Nada más cruzar con la moto la puerta de acceso a un patio interior
veo a Sebas, inconfundible con su visera y sus gafas de sol; sabía que estaba
en Skardu pero no exactamente en este motel.
Aparco y nos
saludamos, me comenta que cree que el motel está completo pero que no me
preocupe que el habla con el dueño, a los 10 minutos tengo habitación. Él se va
al bazar a reparar un macuto y la tienda, luego tiene unos compromisos con las
ONGs en la que colabora y a la noche estamos.
En el motel
conozco al grupo de españoles que ha estado con él de trekking por el
Karakorum, varios vascos, madrileños y granadinos; pasamos la tarde charlando.
A la noche sobre las 20:30 hay barbacoa para cenar, muy buen ambiente con todo
el grupo. Conozco a Ramón Morillas que acaba de batir el record de altitud en
vuelo con parapente, 7.800 m.s.n.m. ahí es nada, un tío cojonudo y que se anima
enseguida a coger la guitarra. También está “Little Karim” un sherpa mítico en
las expediciones al K2 y por todo el karakorum.
En definitiva
una noche inolvidable con un grupo de amigos que me han hecho sentir como en
casa en medio del Baltistán pakistaní.
No hay comentarios:
Publicar un comentario